Una investigadora diseña bloques para la construcción con residuos industriales de la Refinería de Talara

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Una investigadora diseña bloques para la construcción con residuos industriales de la Refinería de Talara

. La ingeniera Gaby Ruiz propone aprovechar los restos acumulados durante los últimos diez años

. Explica que en la fabricación del material se contamina menos que en la producción de los ladrillos tradicionales

 
Prototipo de bloque de residuos. Fuente: Gaby Ruiz. 

Luis F. Artadi | Piura | 25 MAY 2020
  
La Refinería de Talara descarta cada año 1400 toneladas de una sustancia llamada catalizador de craqueo catalítico, que sirve para purificar el petróleo de los metales pesados. Luego, es desechado en terrenos que no podrán ser utilizados para otros fines en el futuro. Sin duda, es un ciclo que no es sostenible a largo plazo. Gaby Ruiz, profesora de la Universidad de Piura, trabaja desde 2018 en una investigación que propone reutilizar estos residuos para fabricar bloques de construcción sin usar combustible.

La propuesta abre la posibilidad de trabajar con residuos de este catalizador que se han acumulado durante los diez últimos años. Por cada tonelada del material descartado se puede generar al menos 769 unidades de construcción. Según explica la docente, en su producción solo se emite un tercio del dióxido de carbono (CO2) que genera hoy la producción de los bloques tradicionales.

Ruiz plantea en su tesis doctoral, que será defendida en la Pontificia Universidad Católica del Perú, reusar el catalizador y mezclarlo con otras sustancias químicas, entre ellas hidróxido de sodio y silicato de sodio. De esta mezcla se obtiene un geopolímero con propiedades similares al cemento usado en construcción, y puede ser moldeada para formar bloques de construcción.

Los bloques obtenidos del proceso presentan ventajas respecto a los tradicionales ladrillos de arcilla y bloques de cemento. En su fabricación, al no requerir un proceso de cocción, no se requiere combustible, y se emite tres veces menos CO2 al ambiente. Presentan una cantidad mínima de sustancias contaminantes, pero no llegan a desprenderse del material porque son encapsuladas cuando la mezcla se endurece.

Sin embargo, el proyecto tiene desventajas: la corrosión y la inversión monetaria. Según explica Ruiz, la producción del geopolímero se hace con sustancias químicas corrosivas, por lo que se necesita instrumentación especial como guantes y ropa adecuada. La inversión también es un factor problemático porque duplica el costo promedio de fabricación de los tradicionales bloques de cemento. “Se necesita de alguna empresa que se anime a invertir en esto, encontrando la forma de hacerlo rentable”, explicó.

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